lunes, 21 de abril de 2008

-¿Porqué no vienes a mí?-Continuaba susurrándo la pequeña niña egoísta.
Nunca la enseñaron que no se puede tener todo en ésta vida...

Y siguió llamando a todo aquello que deseaba.
Y siguió cayendo en ese pozo de egoísmo.

Y siguió pudriéndose por dentro.
Y siguió...

Y siguió...
Siguió deseándote, ¿hasta llegar a morir por tí? Lo dudo.
No es capaz de morir por nadie.
Pero te desea.
Como las niñas egoístas desean sus caprichos.
De la misma forma.
Desea que la quieras.
Y que la abraces.
Y que la cuides.
Desea sentir que eres importante para ella.
No quiere seguir sintiéndose un desperdicio.
Niña egoísta, cierra los ojos, vuelve a vivir en tu realidad...