lunes, 28 de abril de 2008

Can you feel it?

La locura... ¿En serio es un estado físico?
Todo se basa en las descargas eléctricas en el cerebro, o en reacciones químicas en éste... Pero, ¿de verdad es esa la causa por la que una persona deja de razonar?
Quizá toda nuestra vida pende de un suave hilo, que separa la cordura de la locura... Quizá... Quizá todos estemos expuestos a ella, a perder la conciencia de lo que hacemos, a empezar a vivir como autómatas, o como desquiciados...
O quizá, simplemnte, los locos han descubierto el verdadero significado de nuestro día a día rutinario, y no han podido soportarlo.


A mí....

Me gustaría estarlo.

jueves, 24 de abril de 2008

-¿Porqué haces ésto?
-Es divertido.
-¿De verdad lo es?
-Para mí, sí.
-Me duele.
-¿No puedes parar de quejarte?
-Me duele.
-Sólo te lo estoy devolviendo.
-¿Devolviéndome qué?
-Cuando tu corazón quede como dejaste el mío, me detendré.


23 - Diciembre - 2oo6

miércoles, 23 de abril de 2008

Noche




Era una noche clara. Volvía del trabajo, serpenteando entre las estrechas callejuelas de aquella intrigante ciudad a la que recientemente se había mudado. Tras doblar una calle, frente a ella se descubrió un oscuro parque, tapiado por unos muros de arbustos, y tras ellos se adivinaban las figuras de cientos de rosales, bañados por un inquietante haz de luz turquesa.

Confundida, se acercó a las puertas de aquel parque, buscando con curiosidad algún signo de movimiento, pero, tras mirar de izquierda a derecha un par de veces, comprendió que estaba desierto. Decidió volver cuando fuera de día, y movió un pie, dispuesta a alejarse de nuevo, pero sus ojos se lo impidieron, clavados en aquel mar de serenidad infinita.

Empujó levemente la puerta, esperando algún tipo de oposición por parte de ésta, pero en lugar de eso, la puerta cedió tan limpiamente, que parecía que alguien la hubiera abierto desde dentro.

Pasó con cuidado, y la puerta se cerró tras ella. Se giró levemente, buscándola, pero lo único que encontró fue un infinito muro de hojas y ramas.
Volvió a mirar al frente, y la visión le pareció más espectacular que desde fuera. Un océano de rosas blancas se expandía de lado a lado, de manera que era imposible adivinar el final del parque. Se preguntó a sí misma dónde habrían quedado los edificios que rodeaban aquel lugar, pero pronto lo olvidó, hipnotizada por aquella extraña atmósfera color turquesa.

Miró al cielo, que le devolvió la mirada, arropándola con una manta infinita de estrellas y constelaciones jamás descubiertas por el hombre.

Salió de su embobamiento, tras escuchar un leve crujido de hojas pisadas frente a ella, y buscó con la mirada de dónde provendría aquel ruido. Lo encontró, a pocos metros de ella, un pequeño ser de aspecto simpático, una pequeña bolita de pelo, que no se acercaba lo suficiente a tener parecido con ningún animal.

Se acercó con el con una pequeña sonrisa dibujada en la cara, pero aquel monstruito echó a correr hacia el lado contrario. Divertida, dejó todas sus cosas ahí, y echó a correr inocentemente hacia el animalito, inundándose de sus recuerdos más infantiles.

Así estuvo, corriendo tras aquel ser horas y horas, y cuando se alejaba lo suficiente de él, este la esperaba, claramente para seguir con aquel juego durante el máximo tiempo posible.

Decidió descansar por un rato, y se sentó a una orilla del camino, acompañada por el animalito, pero, al apoyar la mano sobre el suelo, se clavó una espina de rosa en ésta.

Dolorida, se sacó la espina, y, tras fijarse bien, descubrió que sus manos, antes ligeramente gastadas por su edad, lucían ahora un aspecto juvenil, con dedos largos y estilizados. Un poco asustada, se tocó la cara, preguntándose si todo aquello sería un sueño, palpándose una cara fina, de piel suave, sin arrugas. Se puso de pie, y echó a andar hacia donde había dejado todas sus cosas, sin tener en cuenta todo lo que había andado por aquellas interminables callejuelas de rosas.

El animal se puso frente a ella, y comenzó a llamar su atención para continuar con su juego, pero ella, en lugar de continuar jugando como había hecho antes, le dirigió una mirada aterrada, preguntándose cuales serían realmente las intenciones de aquel ser, y de todo ese laberinto.

Echó a correr asustada, pues poco a poco iba comprendiendo la realidad de todo aquel hipnotizante lugar, pero, al no ir mirando al suelo, tropezó con una rama, y cayó. Desde ahí, volvió a mirarse las manos, y, aterrada descubrió que lo que antes habían sido unas manos desgastadas por la edad, y después se habían convertido en dedos largos y estilizados de una joven, eran ahora unos dedos pequeños, de piel rosada, e infantiles. En el suelo, con lágrimas en los ojos, comprendió que, cuanto más anduviera por aquel lugar, más y más joven se haría, hasta finalmente desaparecer. Miró a o largo del camino, buscando desesperada alguna manera de salir de allí, pero no, no encontró la salida, ni las cosas, que había dejado en la puerta.

Cerró los ojos, dándose finalmente por vencida, con demasiado miedo como para moverse un milímetro, y ahí quedó, poco a poco cubierta completamente por el polvo del tiempo.

martes, 22 de abril de 2008

Poniéndo en orden mi vida...

Pues eso, la entrada de hoy no será una historia fantástica de niñas que se desangran vivas, ni ninguna de ésas gilipolleces. Hoy, simplemente, divagaré, necesito vaciar mi cabeza, necesito plasmar todo lo que me pasa aquí, para no olvidarlo, para que algún día, releyéndolo, me ría de mi estupidez.

Me han pedido que me emancipe, con 16 años, casi 17. Y no creo estar preparada para ello. Entiendo que mi padre esté harto de pasarle dinero a mi madre para mí, dinero del que, obviamente, yo no puedo disponer. Es normal que esté harto, de éso y de pagar la casa en la que vivo. Dice que la ley le obliga a pagar el sitio donde yo viva, aunque también vivan en él mi madre y su novio, los cuale,s ya no tienen nada que ver en su vida. Pues bien, si me emancipara, él estaría obligado a pagarme un piso de alquiler para mí sola, o acompañada, éso no importa... Pero, ¿con 16 años? Lo siento mucho, aún tengo tiempo para seguir siendo inmadura. Me dolió que casi me obligara a aceptar, al fin y al cabo, yo confiaba en él.. Pensé que estábamos juntos, que cuando tenía problemas, él me escuchaba y me ayudaba. Pero como siempr,e ahí está el puto dinero. Todos, ambos, sois unos putos avariciosos. Y yo, no necesito mi dinero. Todo ha empezado por el puto colegio privado al que ME HE VISTO OBLIGADA a querer ir. Porque mi padre no quería que fuese uno público, y mi madre no quiere que sea privado. Es gracioso, ver como las chicas de mi clase no se han preocupado por buscarse colegio. Sus padres han ido, las han matriculado, y ellas están felices por ser así. Entonces, ¿porqué yo tengo que buscarme el colegio que me convenga, encontrar la forma de pagarlo, y hacer que ambos estén contentos? No, no, no estoy preparada para ser adulta... ¿porqué seguís insistiendo en que yo debo ser más madura que vosotros? No podría vivir sola... No quiero vivir sola. No podría ser responsable con una pensión mensual. Y no, no quiero vivir sola, con una pensión mensual...


¿Porqué aún la gente se empeña en llamarme niña de papá? Sé que muchas personas me envidiarían si les dijera que tengo 700 euros mensuales por no hacer nada. Creedme, es una auténtica putada.

Por favor, haz que ésto pase rápido, quiero reírme de mí misma, tranquila porque todo haya pasado.

lunes, 21 de abril de 2008

-¿Porqué no vienes a mí?-Continuaba susurrándo la pequeña niña egoísta.
Nunca la enseñaron que no se puede tener todo en ésta vida...

Y siguió llamando a todo aquello que deseaba.
Y siguió cayendo en ese pozo de egoísmo.

Y siguió pudriéndose por dentro.
Y siguió...

Y siguió...
Siguió deseándote, ¿hasta llegar a morir por tí? Lo dudo.
No es capaz de morir por nadie.
Pero te desea.
Como las niñas egoístas desean sus caprichos.
De la misma forma.
Desea que la quieras.
Y que la abraces.
Y que la cuides.
Desea sentir que eres importante para ella.
No quiere seguir sintiéndose un desperdicio.
Niña egoísta, cierra los ojos, vuelve a vivir en tu realidad...

miércoles, 9 de abril de 2008

Reflexiones


Abro los ojos. Estoy sola, es totalmente de madrugada, pero la luz de mi habitación está encendida... olvidé apagarla antes de dormir. No, espera, no lo olvidé, me da miedo la oscuridad.

-Esto... ¿es un sueño?
"No, es totalmente real, ¿no lo ves? Día a día, todo es real".
-¿Existe la vida? Me da miedo pensar que vivo de verdad.
"¿Miedo a vivir de verdad?"
-Miedo de respirar, de mirar a mi alrededor, de saber que es verdad.

"Eres una cobarde".

-Vivo como autómata, no pienso en cada segundo que vivo algo real.

"¿Eres feliz de esa forma?
-No me lo cuestiono. Sólo lo hago cuando estoy aquí, en la cama, y puedo oírte con claridad.
"¿Porqué quieres oírme?"
-Porque tú siempre dices mi verdad.
"Siempre digo lo que quieres escuchar".

-No me gusta vivir, me da miedo. Es más fácil conciliar el sueño, y vivir dentro de él.

"Soñando no vives".

-Pero de igual forma muero.

"¿No crees que vale más la pena morir habiéndo vivido?"

-Moriré de cualquier forma.

"Si cierras los ojos y no vives en lo real, entonces no habrás vivido de verdad".


Después, silencio.

-Tengo miedo.
"Lo sé".

lunes, 7 de abril de 2008

Respira hondo


Cierra los ojos. Evádete. No, no esta.
Espera, sí, sigue ahí. Sus gritos repiquetean en tu cerebro aún. Inténtalo de nuevo, cierra los ojos.
Ahora sí, ha desaparecido. De nuevo estás en el mundo de los sueños. Por fín ella ya no está cerca tuyo. Ahí puedes ser quien quieres ser de verdad.
Respira hondo. No pasa nada, estás bien.
Un grito. Allí está de nuevo. Despiertas, sobre tu cama, abrazada a tí misma. En la puerta, de nuevo recordándote la mierda de vida que llevas. El pecho, duele. Sabe dónde darte, para que no puedas decir nada más. La odias, con todas tus fuerzas, y te pregúntas cómo pudisteis llegar a eso. ¿Darla una oportunidad? Claro, cómo no... La cuentas tus más íntimos secretos... Al fin y al cabo, ella debe saberlos. Error, ya sabe dónde darte, la próxima vez. Porque sí, habrá otra, y otra, y otra...
Es increíble cómo todo cambió desde aquel agosto de hace.... ¿cuatro años? Cuatro años, siempre repitiéndo todo aquello. Siempre es ella la que gana, al fín y al cabo, tú eres una mierda, no vales para nada. Ella ha rehecho su vida. Tú no. No te lo mereces.


Y ahí vienen los gritos, de nuevo. Cierra los ojos, fuerte.